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El polen de abeja es el resultado de la aglutinación del polen de las flores, realizada por las abejas obreras, a través del néctar y su
sustancias salivales, que se recogen en la entrada de la colmena.

Una fuente de proteínas, que también presenta carbohidratos, lípidos y minerales en su composición, tiene vitaminas antioxidantes (ÿ-caroteno como la pro vitamina A, vitaminas C y E) y también vitaminas D y complejo B. Debido a sus sustancias, el polen puede considerarse una fuente de energía y nutrientes, proporcionando varios beneficios para la salud y el bienestar.

La acción del polen sobre el cuerpo humano no es ni rápida ni abrupta, sino progresiva. Es una acción sobre el metabolismo que comienza a
positivamente después de dos o tres semanas de uso continuo. En general, el uso continuo de polen durante al menos
30 días, intercalados con igual período de descanso. Como tratamiento, se recomienda el uso continuo durante un período de tres meses.

El uso durante largos períodos conduce a una excelente regularidad orgánica y no tiene contraindicaciones. Incluso las personas que tienen alergia al polen transportado por el viento apenas tienen reacciones al polen recolectado por las abejas.